Fuerarropa de hojas con los brazos desnudos
echando al aire el vaho de su inocencia
en desabrigo y solo
descalzo y vagabundo, al descubierto,
el árbol llora
entre la niebla del invierno…
No, no puede salir corriendo entre la nieve
Se ha librado del fuego, la nube le sonríe
Al natural, contempla los paisajes blancos y tirita de frío
en cueros vivos, se deja aneblar el instante
como si fuera un niño adolescente
mientras el agua nieve va dejando en sus ramas
los besos de ese efluvio que es la vida.
©Julie Sopetrán
Algo termina para que lo nuevo surja… Belleza en tu fotografía y tus palabras, Julie.
Besos!
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Acabo de hacer esta tarde una foto a un árbol parecido
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Me alegra que puedas verlo, no todo el mundo se detiene ante un árbol tan bello… Imagino que lo fotografiaste. Gracias amiga. Un beso.
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Sí, no sé si se ve en el enlace que puse. No funcionan, a veces los links en WordPress.😊😙
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Hermosa poesía mi niña
Me hace sentir ganas de abrazar al árbol. Como si pidiera cariño.
Besitos mi niña.
Siempre tan hermoso que escribes
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Gracias Esperanza, agradezco tu lectura.
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Buenísimo, Julíe. Se te disfruta. Este, me emocionó.
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Me alegra mucho mucho saber que te ha gustado. Mi abrazo y cariño.
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