LOS DIBUJOS DEL AGUA

Porque todo es nuevo en un instante…

los dibujos del agua

Observando las olas al amanecer, mirando transparencias, ondulaciones, la caricia del agua sobre una arena limpia, pequeños golpes de mar que se dispersan suavizando el embate y recreando la belleza de las formas que dibujan corrientes y que a la vez, forman esas líneas juguetonas, efímeras, en la superficie de la playa… 

Curioseando sobre mis propios pasos me adentré en el cristal del agua, me sentí partícipe de la obra de arte que se deslizaba entre los dedos de mis pies, así corrí volviendo a mi niñez y sonreí mirando al mar y me llené de asombro viendo cómo entre la espuma se alejaban los años ya vividos…

Todo era nuevo en un instante.  Frente al mar pude percibir, imaginar, el esplendor del fondo, su misterio, su abismo, los precipicios las cavernas. Y sí, fue precioso palpar la lisura de la superficie más cercana, los planos y las formas de otra geometría inmediata, más dúctil y en bonanza… 

Percibiendo este instante ya mereció la pena ir al mar.

©Julie Sopetrán

Autor: Julie Sopetrán

Escribo porque no puedo dejar de hacerlo Quiero aprender de los que saben más y enseñar a los que saben menos.

36 opiniones en “LOS DIBUJOS DEL AGUA”

  1. Preciosos dibujos, que apenas te vas de ellos, ya los estás echando en falta. Hacía dos años que no había ido hasta él, fue una maravilla disfrutar de su vista incluso desde el sofá. Me encanta.
    Besos y abrazos.

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  2. Esa arena sirve incluso, para limar las durezas de los pies… Amiga Julie, no quiero quitar encanto al comentario (que lo tiene y mucho), pero soy positiva y realista por encima de todo. A cierta edad, nos viene muy bien caminar por la orillita del mar, recordando o suavizando, ¿qué mas da?. Un besito

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  3. El mar, como la Luna, Julie, guarda tanta hermosura, tantos detalles. Yo que siempre he vivido a su lado y los he visto crecer al unísono en cada noche recordable, no me canso de verlos y de admirarlos, uno reflejando al otro e, iluminándose ambos como si fueran el mismo.
    Tú que eres una mujer de instantes, de detalles…disfrútalos.

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    1. Así es, amigo, yo vivo en el campo y aunque lejos del mar siento lo mismo que tú, a veces tengo que ir a verlo, a vivirlo más de cerca… sí, lo siento muy dentro de mi, tal vez porque vivo tierra adentro. Gracias por tus palabras. Cuando era niña me subía a un viejo peral para mirar mejor al cielo e imaginaba que era el mar, y el peral un barco… Un fuerte abrazo.

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      1. robusto, con unas ramas largas como los años y una sombra profunda como la vejez. Desde allí, desde su cima frondosa y ancha, todo marecía mar. Y yo era un hombre.
        Treinta y ocho años después aún paso por su lado y cada vez me convierto en el hombre que soñaba desde el niño que sigo siendo. Y sigue el mar tan grande y tan azul como siempre.

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