HOJAS DE OTOÑO

…el árbol no da sombra sin las hojas.

Hojas de Otoño

La fruta ha madurado, las hojas se caen… es Otoño. No encuentro palabras que expresen la emoción que me inspira el paisaje. Son los chopos repartiendo sus corazones de oro pulido al sol, cubriendo la tierra a manos llenas. La chopera, siendo pequeña, hoy se agranda ante mis ojos. Las hojas me atraen, me hablan, me sugieren mundos multiformes, páginas en blanco por escribir, mundos multicolores, que un día lloraban con la lluvia y otros reían con los atardeceres. Hojas tan frágiles que volaban como pájaros, iban y venían entre las ramas movidas por el viento, todas antes o después, caen en silencio a la tierra. Son abanicos vivientes y el árbol no da sombra sin las hojas… Y vino el Otoño a pintarlas. Una amiga japonesa, de mis años de estudiante, me decía que la parte frontal de las hojas, es masculina y la opuesta, femenina.  Hoy las miro y sí, me parecen humanas, masa, gente que se abraza, que se refugia en su propio destino, huyendo de los fríos y de la soledad. Las hojas se acompañan unas con otras, se reúnen, hablan, juegan dominadas por brisas o vientos fuertes, pero también acariciadas por un sol dulce y sonriente.  Todo pasa en silencio bajo un piar de pájaro. No se quejan cuando las pisamos. Mueren bajo los zapatos de la prisa. Su sangre es verde. Fueron amadas por el sol y la lluvia, sus clorofilas, sus factorías de glucosa, sus terciopelos, sus esencias, sus venas, su misterio, su belleza, todo en ellas es vida. Y cuántas historias y cuántas variedades de hojas… Muchas, cubren el techo de familias pobres, otras visten a los que llamamos salvajes, y recuerdo aquella de la que me hablaban, que fue la primera franela de Adán y Eva. O la que sirve para elaborar medicinas o la del tabaco que nos enferma… Dos mil años atrás con las hojas se creaban antorchas mezcladas con cera. Recuerdo cuando era niña, que mi padre recogía las hojas amarillas de los olmos, para dar de comer a los cerdos.  Las hojas sirven para calentar, son fuego. También son vivienda para las mariposas, las hormigas, los insectos… Las larvas, las arañas, construyen sus moradas de hoja en hoja y los pájaros las utilizan para construir sus nidos. Celebramos hoy la nochevieja de las hojas en otoño. Su año nuevo comienza en primavera. Las hojas me enseñan a vivir y a morir. Son protoplasmas vivos con que se hace la célula. Hoy esa unidad, para mi, es belleza de inmortalidad. Dostoievski decía que cada hoja es un mundo, y «amar a cada hoja, es amar a cada rayo de la luz de Dios».

©Julie Sopetrán

Autor: Julie Sopetrán

Escribo porque no puedo dejar de hacerlo Quiero aprender de los que saben más y enseñar a los que saben menos.

29 opiniones en “HOJAS DE OTOÑO”

  1. Hojas del árbol caídas
    juguetes del viento son:
    ¡Las ilusiones perdidas
    ¡ay! son hojas desprendidas
    del árbol del corazón!

    ¡El corazón sin amor!
    ¡Triste páramo cubierto
    con la lava del dolor,
    oscuro inmenso desierto
    donde no nace una flor!

    Hojas del Árbol Caídas, José De Espronceda

    Le gusta a 12 personas

  2. El otoño nos regala tanto y también se lleva tanto. Me gusta todo lo que has escrito. Y eso de las antorchas con cera no lo sabía. Genial.
    También los poetas resultan ser como las hojas del otoño que nos has contado. Como nos abrazamos unos a otros cuando bordamos sentimientos e inspiración y la escribimos. Y está vuela como hojas y caen dentro de corazones. Y es una forma de abrazar con el sentir. Unos a otros cuando compartimos pensamientos y de alguna forma nos toca el corazón.
    Una belleza mi Julie.
    Gracias. Mi cariño para ti.

    Le gusta a 2 personas

    1. Muchas gracias, Antonio. Agradezco mucho tu comentario. Sí, aquí en las tardes hace calor en las mañanas mucho frío… Y este año los chopos tardan más en ponerse amarillos, pero es un verdadero espectáculo… Tú que amas la naturaleza lo sabes. Mi abrazo y cariño.

      Le gusta a 2 personas

Deja un comentario