LOS COLORES DE LA TIERRA

La mirada se agranda en la contemplación del paisaje…

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los colores de la tierra 

…sigo el camino y observo la variedad de colores que ahora, en el mes de mayo, adornan la tierra. El amarillo intenso de la planta  de colza, los dos verdes juntos de los trigos y las cebadas, como son el verde claro y el verde oscuro de Castilla, tan distintos a los múltiples verdes del Norte de España.  El marrón intenso de la tierra recién arada y ese color pardo de la hierba seca junto a las regueras, que contrasta con el otro verde oscuro, casi negro, de los ribazos. Estos colores cálidos atrapan mis sentidos y la mirada se agranda en la contemplación del paisaje. El matiz, la sutileza, la armonía, el mismo desorden espontáneo que diseña las líneas como si se tratara de algo imprevisto y a la vez, organizado, como si algo invisible, un compás geométrico, dibujara la suavidad de las líneas, de las formas, creando su propio orden de diseño o la geometría de un arte espontáneo y es algo que no puedo dejar de apreciar y sentir al contemplar mi paisaje.  Observar los campos en un día limpio de nubes, respirando los azules del cielo, es muy enriquecedor para el espíritu. Si a ello le añado el silencio, el canto de las primeras golondrinas, y la floración de las jaras en el monte lindante, el espectáculo no puede ser más completo. Reconozco que me llevó años el aprender a ver, a disfrutar de la pequeña geografía que me rodea y creo que cada día, cada estación, es distinta, nueva, renovable, y no, todavía no he dejado de aprender y admirar tanta belleza acumulada en mi entorno. Y al pasear estos caminos no tengo por menos que recordar a mi padre, sembrando a mano, esparciendo los granos por los surcos recién arados o segando la mies. Cosechas que han pasado. Y aunque parece un mismo ámbito… no lo es. No dudo que algún dios o diosa oculta de la tierra, me mira, observa mis pasos o se adentra en la mirada para saber que siento. Y  me pregunto si yo también seré un paisaje en movimiento de colores en percepción de vida …

©Julie Sopetrán

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ARCOÍRIS

Cuando la Poesía habla sin palabras…

arco iris en Spetrán

Todavía se oye algún trueno, estoy de espalda al sol con mi cámara, me sorprendo,  los colores se van formando a través de los rayos del Sol en las gotas de lluvia, ese reflejo es como un suspiro divino que llega a la tierra justo frente a mis ojos. Este fenómeno meteorológico es fascinante, es uno de esos milagros de la naturaleza que me seducen y me asombran; no puedo entender del todo este milagro que la luz proyecta y refracta en las gotas de lluvia y cómo esta luz se descompone en colores formando esa misma curva de la tal menudencia de agua. Su filtro entre las nubes, sus siete colores exhibiendo belleza en forma de puente entre el cielo y la tierra. Me detengo mirando los colores: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo, violeta… y tantos más que se nos ocurren en la mirada, toda una gama que según Newton, componen la luz blanca del sol.  Creo que nunca viviré lo suficiente para entender este fenómeno óptico. Manifestación espectacular de todo un poema en vivo y sin palabras.


©Julie Sopetrán

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