LOS PÁJAROS

Cuando la contemplación tiene música…

pájaros (1)

Se han caído todas las hojas, la acacia muestra su esqueleto y en sus brazos desnudos se refugian los pájaros. Son gorriones. Este año no tienen frío, seguramente hablan del otoño caliente o de la falta de granos en el campo. Percibo en sus gorjeos la placidez de un día en calma. Los miro desde mi ventana abierta a un nuevo día y siento la belleza estática del instante. Los cuento uno por uno, no hago ruido, quiero saber qué murmuran o qué dicen sus píos. Imagino sus lances, sus hazañas, sus correrías por el arroyo buscando insectos, volando a ras del agua o deteniéndose en las orillas refrescando sus alas. Hablan de nidos, alguno ha tirado el viento. Conversan de las semillas de la siembra, tienen un sabor amargo por los herbicidas. Y no, no hay mucho que comer.  Les he puesto unas migas de pan en el suelo… Pero es muy peligroso lanzarse. Los gatos los observan y prefieren quedarse entre las ramas. Me cautiva su sencillez, su aparente insignificancia, su distante cercanía, su libertad y a la vez, la sumisión que dedican a los lugares que habitamos. Son mis vecinos y hoy, me siento muy feliz a su lado. 

©Julie Sopetrán

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