Pequeña montaña rebelde, libre, incultivable,
monte bajo de mi tierra yerma,
matorrales espesos, arbustos, matas leñosas, céspedes,
dulzor de la aromática en mi rostro
o una perdiz que vuela ante mis pasos…
Gozo el claro, la luz de esas pequeñas islas donde el sol protege los marrones
sonrío con la cabra perdida entre mi verde oscuro
y me sorprende un salto de corzo muy cercano,
vivo en el monte, como la lagartija entre las piedras
huelo con deleite la artemisia amarga
y tan sólo me asustan las víboras.
©Julie Sopetrán