La otra mañana, en mi ventana, vi a un herrerillo. Revoloteaba, luego se paró en la rama de olivo que todos los años, por costumbre, pongo en Domingo de Ramos. Llovía, era un día de invierno. Quedó por largo rato en esa pose que muestro en la foto. Iba y venía, le gustaba mirarse en la cristalera. Otras veces se posaba en el cordel de la persiana columpiándose. Luego llegaron más, tres, cuatro herrerillos, cinco… Me alegraron el día. Observé sus alas azules, también su cola y cabeza del mismo color. Sus mejillas blancas y en su plumaje, divisé unos tonos verdosos y la parte inferior de su cuerpo, amarilla. Cuando llegaban los otros herrerillos, percibí su trino, parecía entonar una especie de risa aguda, dulce, un tit tit tic que terminaba en tuc tuc y otras diversas vibraciones de canto. Disfruté mirando sus gestos, sus revoloteos, sus poses. Posaban para mi y la emoción invadía ese instante tan cercano, tan vivo, tan especial e inesperado. Estas pequeñas cosas me hacen pensar que no estoy sola, que la naturaleza es magia y los seres que la habitamos necesitamos conocernos, comunicarnos, sentirnos, escucharnos o simplemente mirarnos aunque sea a través de los cristales para no asustarnos demasiado de nosotros mismos. Se marchaba y volvía. En su ausencia dejé la ventana abierta por si querían entrar a la casa. Durante casi un mes, estuvieron todas las mañanas conmigo y fue así, como conocí al Herrerillo: un pájaro increíblemente bello y necesario.
©Julie Sopetrán
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Como siempre gracias, amigo. Te mando mi abrazo fuerte fuerte…!
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Igualmente,
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Me ha encantado este video. Aprendí una cosa más de él. Y me has hecho añadir una palabra final: NECESARIO. No es un pájaro de mi entorno, por eso me sorprendió más su presencia. Gracias Antonio.
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No hay de que Julie.
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Julie. Es hermosísimo mi niña.
Me gusta para los Peques.
Estas historias son hermosas y conectan con la naturaleza.
Es realmente especial mi niña.
Como todo lo que escribes sin ninguna duda.
Besitos corazón
Feliz tarde de Domingo para ti.
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Muchas gracias Esperanza, me alegra saber que te ha gustado. Un abrazo y feliz domingo.
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Es un ave muy exigente, en cuanto llega el frío, exige que cada mañana haya migas de pan en el comedero. Un historia conmovedora. Un abrazo.
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Me encantó conocer al Herrerillo, todas las mañanas a la misma hora visitaban mi ventana… Y nunca los había visto antes. Gracias Carlos. Un abrazo fuerte.
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Un remanso de paz en la vorágine que nos rodea. Saludos.
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Gracias Iñaki, agradezco mucho tu lectura y comentario. Recibe un fuerte abrazo.
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No sabía como se llamaban estos pajaritos, creo que he pintado varios con este plumaje… Saco los dibujos o bien de los libros o de Internet, ahora me ha dado por la acuarela, sale más barata que el óleo y no hay que enmarcar. Ya sea en relato o en poesía, se nota que disfrutas describiendo la vida de estos personajillos y de la naturaleza en general.
Un besito,
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Gracias Medi. Me encantan estos herrerillos… Me alegra saber que los pintas. No dudo que serán hermosos tus cuadros. Mi abrazo fuerte para ti.
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Muchas gracias Arpon por compartir siempre mis cosas. Lo aprecio mucho. Mi abrazo.
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Gracias, por compartir, Caty.
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